MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Ingenieros del MIT ha encontrado una manera de expandir el uso de una gama más amplia de materias primas no alimentarias para producir etanol, biocombustible limitado por su dependencia del maíz.
Por el momento, las materias primas como la paja y las plantas leñosas son difíciles de usar para la producción de biocombustibles porque primero deben descomponerse en azúcares fermentables, un proceso que libera numerosos subproductos que son tóxicos para la levadura, los microbios más comúnmente utilizados para producir biocombustibles.
Los investigadores del MIT desarrollaron una forma de eludir esa toxicidad, haciendo factible el uso de esas fuentes, que son mucho más abundantes, para producir biocombustibles. También demostraron que esta tolerancia se puede transformar en cepas de levadura utilizadas para fabricar otros productos químicos, lo que potencialmente hace posible el uso de material vegetal leñoso "celulósico" como fuente para fabricar biodiésel o bioplásticos.
"Lo que realmente queremos hacer es abrir las materias primas de celulosa a casi cualquier producto y aprovechar la gran abundancia que ofrece la celulosa", dice en un comunicado Felix Lam, investigador asociado del MIT y autor principal del nuevo estudio, que se publica en Science Advances.
En su nuevo estudio, los investigadores diseñaron levadura para que pudieran convertir los aldehídos del subproducto celulósico en alcoholes, lo que les permitió aprovechar la estrategia de tolerancia al alcohol que ya habían desarrollado. Probaron varias enzimas naturales que realizan esta reacción, de varias especies de levadura, e identificaron una que funcionó mejor. Luego, utilizaron la evolución dirigida para mejorarla aún más.
"Esta enzima convierte los aldehídos en alcoholes, y hemos demostrado que la levadura se puede hacer mucho más tolerante a los alcoholes como clase que a los aldehídos, utilizando los otros métodos que hemos desarrollado", dice el coautor Gregory Stephanopoulos, profesor de Ingeniería Química.
Los investigadores demostraron que podían lograr altos rendimientos de etanol con cinco tipos diferentes de materias primas celulósicas, que incluyen pasto varilla, paja de trigo y rastrojo de maíz (las hojas, tallos y cáscaras que quedan después de la cosecha del maíz).