MADRID 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las orquídeas, con su elegancia y exotismo, son una de las plantas de interior más apreciadas, pero también pueden resultar todo un desafío para quienes no están familiarizados con sus cuidados específicos. A pesar de ser una opción decorativa muy popular, su reputación de planta delicada y exigente puede desanimar a muchos aficionados a la jardinería.
Para lograr una floración saludable, es fundamental conocer y aplicar ciertos cuidados esenciales. Según los expertos de Interflora, la orquídea Phalaenopsis, la variedad más común en los hogares, requiere abundante luz, aunque sin exposición directa al sol, una temperatura constante entre los 16 y 22 ºC, y un alto nivel de humedad, que debe mantenerse entre el 50 y 80%.
Además, es importante evitar el exceso de riego, ya que puede provocar la putrefacción de las raíces, siendo suficiente regarla una vez por semana en verano y cada dos semanas en invierno. También se recomienda el uso de un sustrato ligero y poroso, compuesto principalmente por corteza de árbol, en lugar de tierra común de jardinería, así como fertilizantes.
UN FERTILIZANTE NATURAL AL ALCANCE DE TU COCINA
Además de los cuidados básicos, existe un truco casero que puede potenciar la floración de las orquídeas de forma sencilla y económica. Según el experto en orquídeas Mark Curran, creador de la plataforma Heavenly Orchids, el agua de arroz es uno de los mejores fertilizantes naturales para estas plantas, gracias a su contenido en nutrientes esenciales.
En declaraciones recogidas por el diario británico Express, Curran afirma que "contiene trazas de nitrógeno, fósforo y potasio, así como almidones que alimentan las micorrizas -- hongos beneficiosos que viven en las raíces de la orquídea", favoreciendo así la floración de la planta.
CÓMO PREPARAR EL FERTILIZANTE DE AGUA DE ARROZ
Para aprovechar los beneficios de este truco casero, el experto en orquídeas detalla un sencillo procedimiento para preparar agua de arroz como fertilizante natural:
1. Remoja el arroz en agua durante 30 minutos o más, o utiliza el agua sobrante de la cocción.
2. Cuela el agua y viértela en una botella o frasco.
3. Deja reposar la solución durante una semana en un lugar fresco y oscuro, asegurándote de cubrirla con un paño o dejar la tapa ligeramente abierta para permitir la ventilación.
4. Pasado este tiempo, diluye la solución combinando partes iguales de agua de arroz y agua fresca en una botella con pulverizador.
5. Rocía la base de la planta y las hojas quincenalmente durante la fase de crecimiento, y mensualmente en periodos de reposo.