Publicado 18/04/2025 03:59

El pueblo de Teruel que comparte nombre con el postre más típico de Semana Santa pero no por lo que imaginas

El pueblo de Teruel que comparte nombre con el postre más típico de Semana Santa pero no por lo que imaginas
El pueblo de Teruel que comparte nombre con el postre más típico de Semana Santa pero no por lo que imaginas - INSTAGRAM AYUNTAMIENTO TORRIJAS

MADRID 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

Quizás no lo sabías, pero en Teruel existe un pequeño pueblo llamado igual que el postre más emblemático de la Semana Santa: Torrijas. Aunque el nombre pueda evocar bandejas humeantes cubiertas de canela y azúcar, lo cierto es que no tiene ninguna relación con la repostería. La etimología del topónimo tiene raíces completamente distintas, más ligadas a las torres defensivas de la Reconquista que a la repostería popular.

Este diminuto municipio de apenas 35 habitantes se esconde entre las montañas de la Sierra de Javalambre, y su historia se remonta a los siglos de repoblación cristiana. Según los estudios lingüísticos consultados y recogidos por toponhisp.org, el nombre de Torrijas tiene más que ver con el latín turris (torre), a partir del cual se formó el diminutivo turriculas ('torrecillas'), común en otros topónimos como Torrijo, Torija o Torrijos. Un origen mucho más bélico que goloso.

ENTRE CUMBRES, HISTORIA MEDIEVAL Y UN NOMBRE CONFUSO

Torrijas conserva la esencia de un pasado antiguo. En el siglo XIII ya se documenta su existencia, aunque con nombres como Turriles, y se sabe que formó parte de las comunidades medievales de aldeas que articulaban el sur de Aragón. Su arquitectura rural, los restos de calabozos bajo el ayuntamiento y la iglesia barroca de San Cosme y San Damián -con un retablo del siglo XVI- son testimonios silenciosos de esa historia.

Hoy, sus calles empinadas y su atmósfera detenida en el tiempo invitan más a pasear sin prisas que a buscar rutas gastronómicas. Aunque, si el viajero tiene suerte, puede toparse con pan artesano recién hecho o alguna receta de cordero a la brasa, que aquí siguen siendo cosa seria.

¿Y SI TE ESCAPAS A UN PUEBLO QUE CASI NADIE CONOCE?

Torrijas no figura en las guías turísticas más transitadas, y quizá por eso resulta tan interesante. Está rodeado de paisajes naturales intactos, donde es habitual ver corzos al amanecer o aves rapaces surcando el cielo.

Sus senderos llevan a fuentes escondidas como la Fuente de la Teja o la Fuente del Pino, y quienes buscan aventura pueden probar la vía ferrata La Mulatica o hacer excursiones hasta Alpuente o Mas del Olmo, donde hay incluso un museo dedicado al pan.

Además, Torrijas se encuentra a menos de una hora en coche de Dinópolis, el popular parque paleontológico de Teruel, lo que convierte al pueblo en una opción interesante como campamento base para familias con niños pequeños.

En invierno, la cercanía con la estación de esquí de Aramón Javalambre lo convierte en un buen punto de partida para quienes buscan nieve sin masificaciones. Y en verano, las fiestas patronales en honor a Santa Catalina o San Lorenzo llenan de vida este enclave escondido entre montañas.

Es fácil imaginar la sonrisa de quienes llegan por primera vez al pueblo y descubren que no hay rastro del famoso postre. Pero la anécdota, lejos de decepcionar, suma encanto a este lugar que parece estar orgulloso de su equívoco.

QUÉ SE COME EN TORRIJAS: COCINA DE MONTE Y HORNO

En Torrijas encontrarás la esencia de la cocina rural turolense, basada en productos de cercanía, recetas sencillas y sabores potentes. Entre los platos más representativos destacan el arroz de ciervo y el arroz de jabalí, dos recetas que hablan de la tradición cinegética de la zona.

Como en muchos pueblos de la provincia, el jamón de Teruel con Denominación de Origen, el ternasco asado, las migas con uva y las sopas de ajo forman parte del recetario popular, junto con el pan artesano del horno local, elaborado en leña y con fama en toda la comarca.

CÓMO LLEGAR

Desde Zaragoza, se puede acceder en coche en poco más de dos horas y media, tomando la A-23 hasta la salida de Manzanera y luego por la A-1515. Desde Teruel capital, el acceso es más directo, con poco más de una hora de trayecto por la autovía hasta Sarrión y después por carreteras comarcales.

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