BOLIVIA, 2 Oct (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Universidad de Duke, liderados por Steve Cummer, profesor de ingeniería, descubrieron que la radiación gamma producida por las tormentas eléctricas es un fenómeno mucho más común de lo que se pensaba antes. Este hallazgo, publicado en la revista 'Nature', revela una dinámica de tormentas eléctricas llena de misterios que aún están por desvelarse.
Los estudios demostraron que durante el desarrollo de las tormentas eléctricas, las interacciones entre agua, granizo y hielo generan un campo eléctrico extremadamente potente. Este campo acelera partículas como los electrones, que al colisionar con moléculas de aire pueden crear reacciones nucleares, liberando así intensos destellos de rayos gamma, antimateria y otras formas de radiación.
Sin embargo, el fenómeno no termina ahí. Aviones que volaron cerca de tormentas eléctricas detectaron un débil resplandor de radiación gamma, lo que sugiere que estas tormentas poseen energía suficiente para generar una radiación gamma de bajo nivel. Utilizando un avión científico aéreo de gran altitud ER-2 de la NASA, los investigadores pudieron observar de cerca estas emisiones de radiación. Durante un mes, realizaron 10 vuelos sobre grandes tormentas en los trópicos al sur de Florida, encontrando que la mayoría de estas tormentas eran fuentes de radiación gamma.
Este descubrimiento abre una nueva perspectiva sobre la dinámica de las tormentas eléctricas, comparándolas con una "olla hirviendo" que emite rayos gamma. Además, se observaron varios ejemplos de explosiones intensas y de corta duración de radiación gamma, algunas de las cuales ocurren en conjunción con descargas de relámpagos, sugiriendo que el gran campo eléctrico generado por estos puede estar fomentando reacciones nucleares de alta energía.
Cabe destacar que también se descubrieron dos nuevos tipos de explosiones cortas de radiación gamma, una de menos de una milésima de segundo y otra compuesta por secuencias de aproximadamente 10 explosiones que se repiten en una décima de segundo. Estos hallazgos sugieren que la radiación gamma podría estar vinculada a los procesos que inician los relámpagos, un misterio aún por resolver en la ciencia.
Finalmente, Cummer tranquiliza a aquellos preocupados por la exposición a esta radiación, enfatizando que solo sería peligrosa si uno estuviera extremadamente cerca de la fuente. La radiación, según él, sería el menor de los problemas en comparación con los riesgos de volar a través de núcleos de tormentas activas. Este estudio no solo aclara la frecuencia de la radiación gamma en tormentas eléctricas sino que también destaca la complejidad y los misterios que aún encierran estos fenómenos naturales.