BOLIVIA, 4 Oct (EUROPA PRESS)
En un descubrimiento sin precedentes, científicos hallaron comunidades de microorganismos viviendo dentro de una fractura en una roca de 2.000 millones de años de antigüedad, un hallazgo que representa el caso de supervivencia microbiana más antiguo descubierto hasta la fecha. Esta roca se extrajo del Complejo Ígneo Bushveld en Sudáfrica, un área reconocida por sus vastos yacimientos minerales.
Los investigadores, aplicando avances en su metodología previa, emplearon un conjunto de técnicas de imagen, incluyendo espectroscopia infrarroja, microscopía electrónica y microscopía fluorescente, para asegurarse de que los microbios hallados eran originarios de la roca y no productos de la contaminación durante el proceso de recolección y análisis.
Este estudio, publicado en la revista Microbial Ecology, no solo abre nuevas vías para comprender las etapas iniciales de la evolución de la vida en nuestro planeta, sino que también potencia la búsqueda de formas de vida en otros mundos, particularmente en muestras de rocas de Marte de edad similar.
Los microorganismos descubiertos, al parecer, viven a un ritmo increíblemente lento, mostrando una resistencia excepcional al paso del tiempo y ofreciendo una ventana única hacia la historia biológica de la Tierra. Los especialistas lograron identificar vida microbiana en una muestra extraída del Complejo Ígneo Bushveld, un masivo cuerpo rocoso situado en el noreste de Sudáfrica, cuya formación se dio por el enfriamiento lento del magma bajo la superficie terrestre. Este complejo, apenas alterado desde su formación, provee un entorno singularmente estable para el soporte de la vida microbiana a lo largo de milenios.
El primer autor del estudio y profesor asociado de la Escuela de Posgrado de Ciencias de la Universidad de Tokio, Yohey Suzuki, comentó: "No sabíamos si las rocas de 2.000 millones de años eran habitables. Hasta ahora, la capa geológica más antigua en la que se había encontrado microorganismos vivos era un depósito de 100 millones de años debajo del fondo del océano, por lo que este es un descubrimiento muy emocionante. Al estudiar el ADN y los genomas de microbios como estos, podemos entender la evolución de la vida muy temprana en la Tierra".
El hallazgo fue posible gracias a la colaboración del International Continental Scientific Drilling Program, que apoyó a los investigadores en la obtención de una muestra de núcleo de roca, la cual, al ser analizada, reveló la presencia de células microbianas vivas densamente agrupadas en fisuras de la roca, protegidas de influencias externas por arcilla.
Estos microbios, comprobados como originarios y no contaminados mediante diversas técnicas de análisis, representan una muestra extraordinaria de vida persistente a través de eones, desafiando nuestra comprensión sobre los límites de la habitabilidad y la resiliencia de los organismos microbianos.