BOLIVIA, 24 Oct (EUROPA PRESS)
La ciberseguridad se ha convertido en una preocupación creciente para las empresas españolas, con un 96% de ellas siendo blanco de ciberataques en el último año, revela el reciente 'Informe de Ciberpreparación 2024' de Hiscox Iberia. Este escenario ha provocado no solo pérdidas financieras sino también ha afectado la reputación de las compañías, empujándolas hacia la contratación de ciberseguros.
Nerea de la Fuente, directora de Suscripción de Hiscox Iberia, destacó la grave realidad que enfrenta el sector empresarial español ante las amenazas cibernéticas. El informe destaca que dos tercios de las organizaciones en España (66%) informaron un aumento en la frecuencia de los ataques, mientras que solo el 12% indicó una disminución.
El tipo de consecuencias derivadas de estos ataques también evolucionó a lo largo del año. La pérdida financiera por fraude de desvío de pagos sigue liderando, con un 55% de las empresas afectadas, un incremento significativo comparado con el 38% del año anterior. Asimismo, los ataques de 'ransomware' experimentaron un aumento notable, afectando al 38% de las compañías, frente al 23% del período previo.
La incidencia de ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS), el uso indebido de recursos informáticos, brotes de virus que no son 'ransomware', pérdida de datos cifrados y no cifrados son otras de las consecuencias que han sufrido las empresas, experimentando todas un aumento considerable en comparación al año pasado.
Ante este panorama, más empresas españolas están recurriendo al ciberseguro como una medida preventiva. El informe señala que la contratación de estos seguros ha visto un crecimiento significativo, con más de la mitad (52%) de las empresas indicando que ya cuentan con una póliza de ciberseguro independiente, en comparación con el 30% del año pasado y un 14% que tenía previsto adquirirlo.
Este aumento en la contratación de ciberseguros muestra un claro reconocimiento por parte de las empresas españolas de la importancia de protegerse ante las crecientes amenazas cibernéticas, buscando así mitigar los efectos financieros y sobre la reputación que estos ataques pueden acarrear.