Publicado 29/11/2024 10:05

El grupo armado HTS y otras milicias aliadas logran entrar en dos barrios en la periferia de Alepo, en Siria

Archivo - Un soldado del Ejército de Siria en los alrededores de la ciudad de Kobani (archivo)
Archivo - Un soldado del Ejército de Siria en los alrededores de la ciudad de Kobani (archivo) - -/SANA/dpa - Archivo

Desplazadas cerca de 14.000 personas a causa de la ofensiva rebelde a gran escala, según datos de Naciones Unidas

MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

El grupo armado Hayat Tahrir al Sham (HTS) y otras facciones aliadas han logrado entrar este viernes en dos barrios situados en la periferia de la ciudad siria de Alepo, capital de la provincia homónima (norte), en medio de la ofensiva a gran escala lanzada el miércoles contra las fuerzas gubernamentales en la zona.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres e informantes en el país, ha indicado que HTS y sus facciones aliadas han logra do entrar en partes de Al Hamdaniya y Nuevo Alepo tras un doble atentado suicida con coche bomba, que ha derivado en intentos ataques en la zona con las fuerzas de seguridad, que cuentan con el apoyo de Rusia e Irán.

Asimismo, ha indicado que los combates dejan alrededor de 250 muertos hasta el momento, incluidos 20 civiles, según el organismo, que ha agregado que entre los fallecidos hay además cerca de 85 militares, 120 miembros de HTS y 23 de otros grupos rebeldes, que han logrado hacerse con el control de cerca de 50 localidades en la provincia de Alepo.

El Mando General del Ejército sirio ha confirmado que los militares "siguen respondiendo al gran ataque por parte de organizaciones terroristas", que estarían empleando "armamento pesado" y que cuentan con la presencia en sus filas de "un gran grupo de extranjeros", según un comunicado publicado por el Ministerio de Defensa sirio a través de su cuenta en la red social Facebook.

"Nuestras Fuerzas Armadas han podido infligir grandes pérdidas a las organizaciones atacantes", ha manifestado, antes de asegurar que "cientos" de milicianos han muerto o resultado heridos, sin pronunciarse sobre los posibles avances de los rebeldes en el marco de la ofensiva en la zona.

Además, ha reseñado que los militares han logrado destruir "decenas de vehículos blindados" y derribar más de 15 drones, antes de agregar que han podido también "recuperar el control de algunos puntos" y pedir a la población que ignoren "las informaciones engañosas" publicadas por los grupos rebeldes a través de sus canales de propaganda.

Por su parte, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha indicado que los combates han dejado alrededor de 14.000 desplazados, lo que ha llevado al vice coordinador general de la ONU para Siria, David Carden, a expresar su "profunda preocupación" por la violencia y a pedir "la protección de civiles y niños".

En este sentido, ha afirmado que un reciente ataque contra una institución educativa en Ariha se saldó con la muerte de tres niños, antes de reseñar que cerca de la mitad de los desplazados son menores, según un grupo encabezado por la OCHA y el Centro de Cooperación y Gestión de Campos.

Los enfrentamientos, parte de la ofensiva 'Disuasión de la Agresión', han provocado además que 30 organizaciones no gubernamentales de Idlib hayan suspendido sus actividades, algo que también han hecho 24 centros sanitarios, incluido el Hospital Bab al Haua, uno de los más grandes en el noroeste de Siria, que ha anulado las cirugías no esenciales y sólo aborda casos de pacientes en estado crítico.

Las autoridades sirias han acusado a las "organizaciones terroristas armadas" encabezadas por HTS de lanzar "un gran ataque en un frente amplio", sin pronunciarse sin embargo sobre posibles bajas entre sus fuerzas. Este asalto es el primero a gran escala desde que los presidentes de Rusia y Turquía, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente, anunciaran un alto el fuego en marzo de 2020 tras meses de combates.

La ofensiva fue lanzada además ante el reciente aumento de los bombardeos por parte de Siria y Rusia contra zonas controladas por los rebeldes en la zona del sur de Idlib y ante el aumento del despliegue de militares por parte de Damasco cerca de las líneas de frente, en previsión a una posible ofensiva terrestre en la zona.

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