MADRID 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los conflictos y los desastres naturales han provocado que en 2021 haya más personas obligadas a abandonar sus hogares, con un total de 84 millones viviendo ya como desplazadas internas o refugiadas, según los datos actualizados por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) hasta finales del primer semestre.
El año pasado se cerró con 82,4 millones de desplazados forzosos, lo que supone que en los primeros meses de 2021 el dato ha aumentado en 1,6 millones más. Se confirma así una tendencia al alza que se hace especialmente palpable en zonas de conflicto y, sobre todo, en países africanos.
De los 84 millones registrados, casi 51 millones corresponden a desplazados internos, es decir, a personas que se han visto obligadas a abandonar sus casas pero que no han salido de su país. Solo en República Democrática del Congo hay 1,3 millones de nuevos desplazados, mientras que en Etiopía el dato rondaba los 1,2 millones en la primera mitad de 2021.
En cuanto a los refugiados, la cifra también aumenta y se acerca ya a los 21 millones. Según ACNUR, la mayoría de los nuevos refugiados derivan de situaciones de conflicto en cinco países: República Centroafricana (71.800), Sudán del Sur (61.700), Siria (38.800), Afganistán (25.200) y Nigeria (20.300).
Entretanto, los retornos no avanzan al mismo ritmo que los desplazamientos, ya que en la primera mitad de 2021 regresaron a sus hogares apenas un millón de desplazados internos y menos de 127.000 refugiados.
El jefe de ACNUR, Filippo Grandi, considera que "la comunidad internacional fracasa a la hora de prevenir la violencia, la persecución y las violaciones de Derechos Humanos, que continúan empujando a la gente fuera de sus casas". Todo ello, ha añadido, en un contexto en el que lo efectos del cambio climático no hacen sino "exacerbar las vulnerabilidades existentes".
Por este motivo, ha instado a "redoblar esfuerzos" para promover la paz y al mismo tiempo brindar ayuda a quienes la necesitan, teniendo en cuenta que la mayor parte de desplazados y refugiados recalan en áreas en desarrollo, "las que menos recursos tienen". Además, la pandemia de COVID-19 ha limitado el acceso a estas comunidades.