BOLIVIA, 14 Jan (EUROPA PRESS)
En recientes protestas en Bolivia, lideradas por un sector del Movimiento al Socialismo (MAS) leal a Evo Morales, se registraron incidentes violentos que dejaron heridos entre periodistas y policías en La Paz y Cochabamba. Roberto Ríos, viceministro de Seguridad Ciudadana, destacó que estas manifestaciones, que resultaron en más de veinte detenidos, representan una amenaza a la democracia del país, contrariando la naturaleza pacífica proclamada por sus organizadores.
Durante los eventos, un reportero de Bolivia TV fue agredido mientras cubría los sucesos en la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Cochabamba (FSUTCC), una acción que ha sido condenada por la cadena, subrayando la importancia de la libertad de prensa y el derecho a informar como pilares democráticos. Bolivia TV exige una investigación rápida para castigar a los culpables de estos actos.
Por otro lado, el expresidente Evo Morales acusó al gobierno actual, liderado por Luis Arce, de ejercer una "tiranía fascista" y de utilizar la fuerza policial para reprimir al pueblo. Morales criticó la intervención en organizaciones sindicales, describiendo la situación como una usurpación de las sedes sindicales, que ahora funcionan como cuarteles policiales, y la imposición de líderes afines al gobierno mediante la violencia.
La escalada de tensión se evidenció cuando la policía disolvió con gases lacrimógenos a un grupo que intentaba tomar control de la sede del sindicato en Cochabamba, enfrentamiento que culminó con agresiones hacia las fuerzas de seguridad, quienes reportaron haber sido atacados con palos, piedras y petardos.
Esta serie de eventos resalta la creciente polarización en Bolivia, con acusaciones cruzadas entre el gobierno y sus críticos, en un contexto de lucha por el control de espacios de poder y representación sindical.