BOLIVIA, 23 Oct (EUROPA PRESS)
El mundo se despidió de Gustavo Gutiérrez, el teólogo peruano y figura paterna de la teología de la liberación, quien falleció a la edad de 96 años. Este comprometido sacerdote, oriundo de Lima nacido el 8 de junio de 1928, dejó un legado poderoso tras luchar incansablemente por los derechos de los más desfavorecidos, argumentando la necesidad de un compromiso evangélico con los pobres.
Su juventud estuvo marcada por una lucha contra la osteomielitis que lo mantuvo postrado en cama por largos periodos, tiempo durante el cual desarrolló una voraz afición por la lectura. Esta adversidad no lo detuvo; después de una temprana inclinación por la medicina y la filosofía, a los 24 años, Gutiérrez escogió seguir el camino del sacerdocio. Su formación lo llevó a Europa, donde estudió en la Universidad Católica de Lovaina y en la Universidad Católica de Lyon, sumergiéndose en la teología y dejándose influir por notables teólogos y figuras eclesiásticas.
Su ordenamiento en 1959 fue el comienzo de una vida dedicada no solo al servicio eclesiástico en barrios pobres como el Rímac en Lima, sino también a la enseñanza en prestigiosas universidades tanto en Perú como en el extranjero. Su pensamiento crítico sobre la pobreza y el amor de Dios hacia los pobres tomó forma de manera contundente en una charla en 1967 en la Universidad de Montreal, abriendo camino a la discusión sobre las dimensiones de la pobreza y el compromiso con los menos afortunados.
Su clarion llamado hacia una "teología de la liberación" resonó fuertemente en 1968, durante una conferencia en Perú, marcando un punto de inflexión que inspiraría a los obispos de Medellín (Colombia) a adoptar una postura más revolucionaria frente a los regímenes opresivos de América Latina y haciendo de la "opción preferencial por los pobres" una doctrina clave en la iglesia.
Gutiérrez publicó su magnum opus, 'Teología de la Liberación', en 1971, una obra que explora la liberación a través de una lente económica, humana y teológica, instando a un cambio tanto en las estructuras sociales como en el corazón de las personas, siempre bajo el principio del amor a Dios y al prójimo.
A pesar de los retos y la oposición encontrada, especialmente bajo el papado de Juan Pablo II, Gutiérrez mantuvo una relación de diálogo y nunca fue sancionado, diferente a otros teólogos de su tiempo. La elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa fue un momento de validación para muchos como Gutiérrez, quienes vieron en Francisco un líder con una verdadera preocupación por los vulnerables.
La partida de Gustavo Gutiérrez no solo representa la pérdida de un líder espiritual, sino también el fin de una era de intensa lucha por la justicia social a través de la fe. Su obra 'Teología de la Liberación' continua siendo un faro de esperanza y un llamado a la acción para las generaciones presentes y futuras.