Publicado 17/04/2025 07:12

Luis Argüello, en la Misa Crismal: "El individualismo se mete como un virus que impide surgir la novedad del Evangelio"

Luis Argüello, en la Misa Crismal: "El individualismo se mete como un virus que impide surgir la novedad del Evangelio".
Luis Argüello, en la Misa Crismal: "El individualismo se mete como un virus que impide surgir la novedad del Evangelio". - ARZOBISPADO VALLADOLID

VALLADOLID 17 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Santa Iglesia Metropolitana Catedral ha acogido este Jueves Santo la celebración de la Misa Crismal, presidida por el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello. A esta celebración ha acudido más de un centenar de presbíteros, que ha renovado sus promesas sacerdotales, así como el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo emérito de Valladolid, y Manuel Sánchez Monge, obispo emérito de Santander que tiene establecida su residencia en la Archidiócesis de Valladolid.

Durante la Misa Crismal, que ha congregado en la Seo vallisoletana a cientos de fieles, se ha consagrado el Santo Crisma y se han bendecido los óleos que se emplearán, entre otros, en futuras ordenaciones, los sacramentos de la iniciación cristiana -Bautismo y Confirmación-, en la dedicación de nuevos altares e iglesias y en la unción de los enfermos.

Como signo de comunión con los cristianos perseguidos en el mundo, el arzobispo de Valladolid ha presidido la celebración de la Eucaristía con el cáliz profanado por el ISIS con un disparo en Qaraqosh (Irak).

Durante la homilia, Luis Argüello ha aprovechado para advertir de que el mundo en el que vivimos ha hecho tal elogio del individualismo que parece imposible la convivencia y la gestión de los asuntos públicos. "El individualismo se mete como un virus en el presbiterio, en las congregaciones religiosas, en las familias, en las realidades asociativas del pueblo santo de Dios, en la vida de las parroquias, que impide que pueda surgir la novedad del Evangelio", lamenta el prelado, quien ha añadido que "sólo dejando que el Señor actúe en nuestros corazones, venza al pecado y, entonces, nos haga capaces del don de sí, surge la novedad de la vida cristiana que, como hemos escuchado tanto en el Evangelio como en la profecía de Isaías, devuelve la vista a los ciegos, devuelve la libertad a los cautivos y anuncia el año de gracia a todos los pobres".

"Sólo esta novedad abre nuestros ojos y nos permite reconocernos como hermanos, abre nuestros ojos y nos permite caer en la cuenta de la dignidad sagrada de todos: de los enemigos, de los inmigrantes, de los distintos, de los opuestos. Sólo la gracia del Señor -que queremos salir a los caminos para anunciarla- trae la libertad a los cautivos en las diversas cautividades, cautividades dramáticas que sufren tantos de nuestros hermanos", añade.

Pero además, el arzobispo ha rercordado que hoy celebramos la Eucaristía teniendo como cáliz un cáliz que ha llegado de Irak, un cáliz desfigurado, "un cáliz martirial que habla del martirio de hermanos nuestros en este mismo momento de la historia. Tantos cautivos a causa del Evangelio, tantos cautivos a causa de la injusticia del sistema económico, tantos cautivos a costa de la manipulación de conciencia, de la difusión de tantas y tan diversas adicciones, tantos cautivos del amor propio, tantos cautivos del propio proyecto ideológico pastoral, tantos cautivos a los que anunciar la libertad".

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