BOLIVIA, 4 Nov (EUROPA PRESS)
Bolivia enfrenta su cuarta semana consecutiva de bloqueos, a pesar de la propuesta de tregua del fin de semana hecha por el expresidente Evo Morales, cuyas bases en su mayoría continúan con la medida de presión. Esto sucede en un contexto donde el Gobierno se niega a entablar diálogo bajo las condiciones actuales, que han provocado ya pérdidas económicas estimadas en 1.900 millones de euros.
En todo el país, se registran actualmente dieciséis puntos de bloqueo, ubicados en su mayoría en Cochabamba, el bastión de Morales, quien recientemente inició una huelga de hambre. La Policía logró desbloquear Parotani, crucial para la conexión con el oeste de Bolivia.
Las fuerzas de seguridad detuvieron a más de 60 personas y aproximadamente veinte resultaron heridas, incluyendo a varios policías por ataques con dinamita, en los operativos para despejar las vías en Parotani, que este lunes amaneció bajo una intensa vigilancia policial.
El Gobierno, por su parte, reiteró su posición el domingo, negándose a negociar mientras continúen los bloqueos y no se desistan de exigencias como la retirada de cargos judiciales contra Morales, incluidos los de abuso de menores y trata de personas.
Las protestas, detonadas inicialmente por la crisis económica, se transformaron en un vehículo para las ambiciones políticas de Morales, quien, pese a estar inhabilitado, sigue afirmando su intención de competir en futuras elecciones.
La tensión con las autoridades se intensificó tras un presunto intento de asesinato contra Morales y la captura de hasta 200 militares como rehenes por parte de grupos afines al expresidente durante el último fin de semana.