BOLIVIA, 16 Sep (EUROPA PRESS)
La célebre nadadora aragonesa Teresa Perales retornó a España tras competir en los Juegos Paralímpicos de París, trayendo consigo valiosas reflexiones y una medalla que incrementa su ya impresionante palmarés. En una reciente charla con Europa Press en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, la deportista compartió que, a pesar de haberse preparado para todos los posibles escenarios en la competición, enfrentar la derrota nunca fue una opción considerada. Sin embargo, la resiliente nadadora ya fija su mirada en los próximos Juegos de Los Ángeles 2028, dejando claro su inquebrantable espíritu de superación.
Perales, quien ya cuenta con veintiocho medallas paralímpicas, destacó el mayor desafío que representó este último logro debido a la adaptación requerida tras perder la movilidad de su brazo izquierdo. Esta victoria se suma a sus anteriores triunfos, diferenciándose por las circunstancias de su preparación y ejecución. A pesar de los obstáculos, la deportista enfatiza en la importancia de persistir y creer en uno mismo, valores que la han sostenido a lo largo de su carrera.
Con miras hacia el futuro, Perales ya se prepara para enfrentar nuevas competiciones, incluyendo el Campeonato del Mundo en Singapur en 2025, antes de su participación en Los Ángeles 2028. La deportista ve estos eventos no solo como oportunidades personales sino como plataformas para incentivar la presencia y reconocimiento de más atletas en el movimiento paralímpico español.
La contribución de Teresa a la delegación española en París fue crucial, reflejando el talento y la determinación que caracteriza a España en el ámbito paralímpico. España cerró su participación en París con un total de 40 medallas, demostrando el potencial y el futuro prometedor que aguarda al equipo nacional.
Sin embargo, los Juegos también estuvieron marcados por momentos de tensión y desafortunados contratiempos, como fue la descalificación de Elena Congost en la maratón T12, un golpe duro para el equipo que no mermó el espíritu de camaradería y apoyo mutuo entre los deportistas españoles. Este incidente, junto con el recuerdo de la lesión de Carolina Marín en las semifinales olímpicas, subraya los impredecibles desafíos del deporte de alto rendimiento.
Perales regresa a España no solo con una medalla más en su historial sino también con un renovado compromiso hacia su deporte y su país, inspirando a futuras generaciones de atletas paralímpicos a perseguir sus sueños con determinación y valentía. Su trayectoria y logros continúan siendo un faro de inspiración y un testimonio del espíritu inquebrantable que define al movimiento paralímpico.