BOLIVIA, 9 Oct (EUROPA PRESS)
En la Comisión de Turismo y Deporte celebrada recientemente, el viceconsejero de Cultura, Turismo y Deporte, Luis Martín, anunció que la Comunidad de Madrid está activamente trabajando y en negociaciones con posibles patrocinadores y proveedores para la realización del Gran Premio de España de Fórmula 1 en la capital desde 2026 hasta 2035. Este esfuerzo se hace con la intención de posicionar a Madrid como una ciudad de referencia en la organización de grandes eventos deportivos a nivel internacional.
Durante su participación en la sesión realizada en la Cámara de Vallecas, Martín destacó el compromiso de Ifema Madrid, la promotora del evento, en cumplir con todas las etapas necesarias para garantizar que la ciudad sea capaz de acoger con éxito este Gran Premio de F1. Además, señaló que actualmente se encuentra en desarrollo el diseño del circuito y se están evaluando las obras requeridas tanto en el propio circuito como en las infraestructuras adyacentes.
El viceconsejero subrayó la importancia de este evento deportivo, no solo por su relevancia a nivel global, sino también por el impacto positivo que generará para los ciudadanos de la región, previendo una contribución al PIB de unos 4.500 millones de euros en diez años.
Sin embargo, esta iniciativa no ha estado exenta de críticas. Pablo Gómez Perpinyà, diputado de Más Madrid, cuestionó la viabilidad económica del proyecto, mencionando declaraciones recientes de Engracia Hidalgo, responsable del Área de Gobierno de Economía, Innovación y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, quien señaló dificultades para encontrar empresas dispuestas a asumir el riesgo financiero del evento. Gómez Perpinyà advirtió sobre el riesgo de que, ante la falta de patrocinadores, sea el erario público el que termine asumiendo los costos de este "tasazo de la Fórmula 1", en palabras suyas.
Al respecto, Gómez Perpinyà criticó la postura del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, arguyendo que la decisión de seguir adelante con la organización de este evento representa un desaire a los contribuyentes madrileños, a quienes, según su perspectiva, se les promete una reducción de impuestos mientras paralelamente se les carga con los costos de un proyecto de tan enorme magnitud y dudosa rentabilidad.