BOLIVIA, 28 Mar (EUROPA PRESS)
Bolivia enfrenta un desafío legal y policial con Evo Morales, quien desde octubre de 2024 se ha atrincherado en Lauca Ñ, Cochabamba, protegido por tres anillos de seguridad extendidos por nueve manzanas. La situación surge tras la emisión de una orden de arresto contra el expresidente por no comparecer ante la Justicia por un delito de abuso de menores. Las autoridades, encabezadas por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, y el ministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, aseguran que la detención de Morales no es tarea fácil debido a la complejidad del escenario.
Del Castillo lamentó la actitud de Morales, acusándolo de ridiculizar a la región del Trópico de Cochabamba y de buscar enfrentamientos mortales entre la Policía y sus seguidores para obtener beneficios políticos. Por otro lado, Ríos admitió las dificultades que representa el operativo de arresto considerando la fuerte defensa montada por los seguidores del expresidente.
Además de enfrentar cargos por abuso de menores, Morales fue citado para declarar como testigo en el caso "Golpe I", que investiga la crisis política de 2019 que resultó en su salida del poder. Junto a él, el presidente Luis Arce y el exvicepresidente Álvaro García Linera también están convocados para el 31 de marzo. El ministro de Justicia, César Siles, advirtió que la negativa de Morales a presentarse podría resultar en una nueva orden de detención, complicando aún más el panorama político y judicial en Bolivia.